Vaya partido más maravilloso que nos han brindado Portugal y Hungría en el último choque de la fase de grupos. Estaba todo en juego. A Portugal le valía el empate para pasar a octavos, pero si ganaban conseguirían hacerlo como primeros de grupo evitando a los 'cocos'. Hungría tenía menos necesidad que los portugueses, pero aún así buscó la victoria como si la necesitase a vida o muerte.
Con estos precedentes, los 22 guerreros húngaros y lusos salieron a morir en el campo. Fue una batalla campal, pero futbolística. Fue un magnífico partido de fútbol donde reinaron el juego limpio y las ganas de ganar.
Fue Hungría quien desvirgaba el marcador con gol de Gera en el minuto 18'. A Portugal se le trastocaban los planes y le tocaba echarle más ganas. Portugal lo intentó con ahínco, pero se topaban con el portero de 40 años, con una vestimenta peculiar llamado Kiraly. Se estrelló bastantes veces la selección de Fernando Santos contra el veterano portero que las sacaba de todos los colores.
Cristiano también lo quiso intentar, pero tampoco pudo. Viendo que no estaba muy acertado de cara a puerta, lanzó un pase milimetrado que rompió todas las líneas defensivas rivales y que dejó solo a Nani para hacer el empate a uno al borde del descanso.
Pocos minutos más tarde, João Mário ponía un balón desde la derecha que Cristiano Ronaldo conseguía marcar con un espléndido remate de tacón. De nuevo el portugués maravillaba al mundo con un golazo de bandera.
Por el contrario, no duró mucho la alegría, ya que de nuevo Dzsudzsak volvió a romper con el empate. Falta que volvía a lanzar el extremo de Hungría contra la barrera, pero le vino el rebote y probó suerte, con tal fortuna que el esférico tocó el Nani y de nuevo, Rui Patricio sólo pudo admirar como la pelota se colaba en su portería. Al ver ésto, el enfado de Ronaldo era monumental.
'El bicho' con más rabia que nunca, se decidió a marcar. Probó desde lejos pero el cuero se marchó fuera. Y escasos instantes después del gol húngaro, Quaresma centraba un balón a la olla que, cómo no, Cristiano Ronaldo se encargaba de materializar. Volvía el empate al luminoso y la alegría a los aficionados portugueses.
Tras el gol, ambos combinados nacionales firmaron un pacto de no agresión y bajaron tanto la intensidad del juego, que los últimos dos minutos se los pasaron los jugadores de Hungría pasándose la bola esperando al final sin ninguna presión portuguesa. A ambos les venía bien el resultado y se conformaron con el reparto de puntos. Las dos selecciones están en octavos después de un partido frenético, que podría ser el mejor partido hasta ahora de la Eurocopa de Francia.
Redactado por Marco Antonio Osado. Twitter: @Marco25112
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